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La falta de herramientas disponibles amenaza la sostenibilidad de la agricultura

La falta de herramientas disponibles amenaza la sostenibilidad de la agricultura
  •  AgroMurcia debate los riesgos y oportunidades de la estrategia europea De la granja a la mesa
  • La incertidumbre y preocupación ante la reducción del uso de productos fitosanitarios capitalizó el debate en Cartagena

03.04.2023 – ACTUALIDAD
La incertidumbre y preocupación ante la reducción del uso de productos fitosanitarios capitalizó el debate en AgroMurcia, que el 21 y 22 de marzo reunió a medio millar de profesionales en el Auditorio El Batel de Cartagena para analizar los retos sin precedentes a los que se enfrenta el sector ante los objetivos propuestos por la estrategia europea De la granja a la mesa.

Durante dos días, más de cuarenta expertos participaron en la primera edición de AgroMurcia para analizar las herramientas disponibles en la protección de cultivos, desde los fitosanitarios químicos autorizados hasta los métodos alternativos o complementarios, como el control biológico, los bioplaguicidas, los semioquímicos, la inducción de defensas en las plantas o la biodiversidad. Además, se abordaron las mejores estrategias de control de los principales problemas fitosanitarios de los cultivos mediterráneos, como los pseudocóccidos y el HLB en cítricos, las nuevas moscas invasoras en frutales de hueso, las enfermedades fúngicas de la madera de la vid, las plagas y virosis en cultivos hortícolas o las enfermedades del suelo.

Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y José María Pozancos, director de FEPEX, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas, sentaron las bases del programa científico-técnico con sus ponencias inaugurales. El primero desgranó cómo se puede reducir el impacto de los fitosanitarios sin necesariamente reducir la cantidad primando el uso de las sustancias de bajo riesgo y las autorizadas, frente a las candidatas a su sustitución y las prohibidas, que solamente se pueden emplear con autorizaciones excepcionales que
concede el propio ministerio. “España lo está haciendo bien”, aseguró Almansa, que vaticinó que la propuesta de Reglamento sobre Uso Sostenible de Fitosanitarios presentada por la Comisión difícilmente se aprobará en la actual legislatura del Parlamento Europeo, que concluye en mayo de 2024. Una “buena noticia”, según Pozancos, que analizó la repercusión en el sector de frutas y hortalizas de la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’. Para el responsable de FEPEX, esta política tendrá graves consecuencias para los productores, con “mayores costes y pérdida de cuota de mercado frente a una competencia global”; los consumidores, con “precios más elevados y aslimentos frescos menos asequibles”; y los proveedores de insumos y servicios digitales, que tendrán nuevas oportunidades de negocio “condicionadas a que el sector genere el resultado económico necesario para pagarlos”.

“Hay que considerar a los productos fitosanitarios para la sanidad vegetal como el equivalente a los fármacos en la sanidad humana, ambos con riesgos y ventajas que tiene que valorar un profesional. Sería muy difícil imaginar la retirada de la mayoría de medicamentos y limitar nuestra sanidad a sistemas alternativos”, planteó Antonio Monserrat, responsable del Equipo de Protección de Cultivos del IMIDA. “En la actualidad, los métodos biológicos y tecnológicos son utilizados con prioridad en la agricultura más profesional de la Región de Murcia, y en España en general. Sin embargo, no todas las plagas pueden controlarse con estas estrategias, habiendo condiciones en las que los fitosanitarios representan la opción más conveniente, siendo fundamental disponer de una suficiente variedad para cubrir las diferentes situaciones que pueden plantearse, las numerosísimas plagas que acechan a los cultivos, incluyendo las secundarias, y para poder mantener su eficacia, integrándolos en estrategias antirresistencias”, reivindicó Monserrat, codirector científico de AgroMurcia.

La reducción de productos fitosanitarios está generando problemas de resistencias y la reaparición de plagas que pasaban desapercibidas hasta ahora. “Estamos reduciendo no solo el número, sino la variedad de productos fitosanitarios”, reconoció Antonio Vicent, coordinador del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA, que explicó las tres reglas para reducir el riesgo de aparición de resistencias: reducir la presión de la enfermedad, evitando el cultivo de variedades susceptibles, fomentando la rotación de cultivos y empleando métodos de control no químicos; alternar y mezclar fungicidas de diferentes modos de acción; y aplicar fungicidas “solo si es necesario y posicionarlos estratégicamente”. Vicent destacó la capacidad de los sistemas de ayuda en la toma de decisiones (DSS) para reducir el uso sin perder eficacia, pero reconoció que su implantación en el campo “está comenzando tímidamente”.

Productores, fabricantes, técnicos y asesores plantearon sus dudas ante la necesidad de reducir el uso de fitosanitarios. “El botiquín se nos está quedando pequeño”, advirtió Carlos Palomar, director general de AEPLA, que representa a los fabricantes españoles de productos de protección de cultivos, en la mesa de debate que compartió con David Sánchez, Jefe de Área de Innovación y Gestión Financiera del Fondo Español de Garantía Agraria; Camino García Martínez de Morentin, directora general de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes); y Adriana Guerra, presidenta de IBMAEspaña (Asociación Internacional de Fabricantes de Prodcutos de Biocontrol), que defendió la experiencia española en programas de control biológico y abogó por “la integración de todas las estrategias” en una Gestión Integrada de Plagas que vincula a las tres asociaciones. “Son productos que tienen que convivir, los fitosanitarios son imprescindibles”, reconoció Camino García Martínez de Morentin.

En la mesa de debate que cerró la segunda jornada, productores y asesores tomaron la palabra. Ana Hernández Buendía, directora de I+D+i del Grupo Hortofrutícola Paloma, advirtió de que “las herramientas son cada vez menos eficaces. Nos encontramos indefensos ante la aparición de nuevas plagas y enfermedades”. En la misma línea, Mª Dolores Bernal, asesora técnica independiente, lamentó que, habiendo alcanzado “un grado de tecnificación, de calidad y de seguridad a la altura de las mejores agriculturas del mundo”, los nuevos requisitos, controles y modelos de agricultura “podrían tener efectos contraproducentes, e incluso poner en riesgo nuestra capacidad de producción
agraria”.

Francisco Belmonte, de la Federación Española de Distribuidores de Protección Vegetal (Fedisprove), señaló la necesidad de reducir el uso de fitosanitarios “porque la aplicación sea más eficaz”, mientras que Francisco Girona, de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, mostró la cara más optimista frente a esta transición y puso de ejemplo la apuesta de esta Comunidad Valenciana por implantar estrategias de control biológico contra plagas importantes de los cítricos o el arroz.

AgroMurcia también reflejó el esfuerzo de los investigadores y las empresas de protección de cultivos por buscar soluciones a los desafíos planteados por estas políticas europeas.

 

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