Menos fitosanitarios en olivo y viña
- Un proyecto internacional liderado por el IRTA avanza hacia la reducción de fitosanitarios en el cultivo del olivo y el viñedo
- Bajo el nombre de NOVATERRA, un consorcio de 23 entidades ha estudiado durante los últimos cuatro años cómo usar productos más naturales sin perder rendimiento ni calidad
Los productos fitosanitarios, o pesticidas sintéticos, han hecho posible que muchos cultivos, tanto convencionales como ecológicos, sean viables, eliminando plagas. Sin embargo, son mezclas químicas que pueden representar riesgos para la salud humana y la biodiversidad. Por ello, Europa lleva tiempo promoviendo la sustitución de estos productos por alternativas más naturales y sostenibles.
En la cuenca Mediterránea, un consorcio internacional de 23 entidades, bajo el nombre de NOVATERRA y liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha investigado durante los últimos cuatro años cómo combinar diversas estrategias para reducir el uso de fitosanitarios en viñedos y olivares, que en Cataluña representan casi una de cada cinco hectáreas de cultivo. Los resultados, presentados esta semana, demuestran que, al integrar el uso de productos naturales con tecnologías de precisión y una mejor gestión del suelo, se puede reducir significativamente el uso de pesticidas sintéticos sin perder rendimiento ni calidad.
NOVATERRA ha llevado a cabo ensayos en fincas de España, Portugal, Francia, Italia y Grecia. “Primero, probamos las diferentes estrategias por separado. Luego, en el último año, seleccionamos algunas fincas para integrar estas estrategias. Se ha demostrado que es factible reducir el uso de fitosanitarios desde una perspectiva holística”, explica Luis Asín, jefe del programa de Fruticultura del IRTA.
Para su ejecución, el proyecto ha contado con un presupuesto de más de 5,5 millones de euros, de los cuales 4,8 proceden de una ayuda de la Comisión Europea a través del programa Horizon2020 (referencia: GA 101000554).
La experiencia de NOVATERRA se ha presentado este miércoles y jueves en las instalaciones del IRTA, en Caldes de Montbui, así como en una finca del espacio comunitario Agròpolis y en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC). A las jornadas asistieron unas ochenta personas, entre ellas representantes de las empresas, universidades y centros de investigación participantes del consorcio internacional, así como agricultores catalanes de olivo y viñedo que ya valoran aplicar estas estrategias en las próximas campañas.
Microorganismos, nanopartículas, feromonas y capturas masivas
Las estrategias estudiadas por NOVATERRA se dividen en tres ámbitos. El primero es el uso de productos que no son pesticidas sintéticos. Entre ellos se encuentran los agentes de biocontrol, organismos que compiten contra las plagas o enfermedades. También se han evaluado formulaciones basadas en nanopartículas de cobre o azufre, una tecnología fungicida reciente y eficiente gracias a su tamaño microscópico. Otro ejemplo son las feromonas sin microplásticos y degradables, que se utilizan para confundir sexualmente a los insectos plaga y evitar su reproducción. Por último, se ha probado la captura masiva mediante trampas que atraen a las plagas.
Agricultura de precisión
El segundo ámbito de actuación de NOVATERRA ha sido la agricultura de precisión. Se ha probado maquinaria que aplica el fitosanitario solo donde hay cultivo, evitando su dispersión en espacios vacíos y adaptándose al volumen de la planta. Además, los investigadores han evaluado un sistema de visión inteligente que, mediante sensores instalados en los tractores u otra maquinaria, detecta la presencia de síntomas tempranos causados por plagas o enfermedades. Estas y otras tecnologías de precisión buscan reducir significativamente el uso de fitosanitarios.
Mejor gestión del suelo
Aplicar productos naturales y utilizar tecnologías de precisión es más sencillo si el suelo está bien preparado. Esta es la tercera estrategia que ha examinado NOVATERRA. Así, se ha estudiado el uso de infraestructuras ecológicas: zonas cerca o dentro de la plantación donde se cultivan plantas que son refugio de los enemigos naturales de las plagas. También se ha analizado el uso de un robot que contribuye al control de las malas hierbas, mejorando la diversidad y el ahorro de agua.
Futuro: Extenderlo a más cultivos
Combinar todas estas estrategias está resultando ser la manera de reducir el uso de fitosanitarios. A pesar de que Europa ha dado este año un paso atrás ante la presión del sector, este camino se basa tanto en la optimización de la aplicación de los pesticidas sintéticos como en la optimización del uso del agua, los fertilizantes o la energía. Así se podrá lograr una mayor sostenibilidad económica, medioambiental y social. Por ello, el IRTA planea en proyectos futuros ampliar estas investigaciones a más tipos de cultivos.
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