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Plantas reservorios como estrategia para el control biológico conservativo de plagas

Plantas reservorios como estrategia para el control biológico conservativo de plagas
  • Plantas reservorios, una herramienta más para el manejo de plagas con control biológico

Por José Francisco Rodríguez Fernández de Agro Plant – Bio.

 

11.12.2024-INFORMACIÓN
Cuando hablamos de plantas reservorios en la producción agrícola intensiva, podemos hacer referencia a una herramienta más que se suma para el manejo del control biológico por conservación de plagas en los cultivos.

Estas especies de plantas, además de cumplir el rol fundamental de incrementar la biodiversidad de especies en un cultivo, brindan refugio y alimento a los organismos de control biológico (OCB). Facilitando así la instalación y la reproducción de estos, de manera que tendremos una población activa de fauna auxiliar.

Estas especies de plantas pueden ser o no de origen autóctono a la zona. Lo importante es identificar el rol específico de cada una de ellas, que le van a brindar a los OCB, para que estos se instalen, tales como, el polen, néctar, o los tricomas de algunas de las especies vegetales.

 

Arquitectura botánica en agricultura

El diseño o disposición de los reservorios va a depender del tamaño de la superficie y del número de especies que utilicemos para nuestro objetivo, he aquí que tenemos que tener en cuenta el tipo de cultivo que tenemos, si es de primavera-verano, de otoño-invierno o anuales, también si son cultivos al aire libre o invernaderos, en estos casos también se plantea de hacer dos tipos de diseños de plantas reservorios una de interior que serían tipo de especies  anuales y otras en tipo de setos exteriores pernees y brindar una instalación de la fauna auxiliar de manera permanente en nuestras instalaciones.

Como diseño por hectárea podemos utilizar entre unas 200 a 350 plantas, en un mix combinado como mínimo de 5 especies, estas pueden ser distribuidas de forma tal que podamos hacer corredores biológicos para cubrir la mayor superficie del cultivo y tenerlo protegido, para estos ya se cuentan con diseños preestablecidos según incidencias de plagas y factores ambientales que lo predeterminan.

Algunas de las especies más utilizadas para los diseños son: Lobularia (Lobularia maritima), Borraja (Borago Officinalis), Eneldo (Anethum graveolens L.), Hinojo (Foeniculum vulgare), Tagete (Tagetes patula), Milenrrama (Achillea millefolium), Limonium (Limonium sinuatum), Salvia (Salvia officinalis), Ruda (Ruta), Romero (Rosmarinus officinalis), Tomillo (Thymus hyemalis), Cantueso (lavandula stoechas), Cuernecillo de mar (Lotus creticus), Adelfa (Nerium oleande), Margarita playera (Asteriscus maritimus).

 

La lucha biológica ofrece beneficios económicos, entre otros 

Como resultado, la utilización del control biológico conservativo, sostiene beneficios directos a nivel de rentabilidad económica, favoreciéndonos la instalación de la fauna auxiliar y disminuyendo el número de tratamientos fitosanitarios con el fin de controlar las plagas en los cultivos. Esta práctica se posiciona como una estrategia firme en la agricultura de certificación ecológica.

Además, el control biológico mejora la calidad del producto final, aumentando su valor en los mercados internacionales. Frutas y hortalizas cultivadas bajo este sistema no solo destacan por su sabor y frescura, sino también por cumplir con los estándares de seguridad alimentaria, generando mayor confianza entre los consumidores y fortaleciendo la competitividad de los agricultores. Adaptar esta estrategia es una decisión que combina cuidado ambiental y rentabilidad.

 

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