La polinización en el cultivo del Cerezo ¿Cómo la ciencia mejoró drásticamente su forma de producir?
- El proceso de floración y polinización del cerezo es esencial para la producción de frutos y está fuertemente influenciado por las características genéticas de la planta
El capítulo 4. Floración y necesidades de polinización del artículo “El cultivo del cerezo. Situación actual y desafíos” ha sido redactado por los especialistas Néstor Santolaria, Erica Fadón y Javier Rodrigo del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). En él, se aborda la situación actual y los desafíos del cultivo del cerezo, destacando su importancia económica a nivel mundial.
La fecundación floral no solo depende de los polinizadores
El proceso de floración y polinización del cerezo es esencial para la producción de frutos y está fuertemente influenciado por las características genéticas de la planta, particularmente en lo que respecta a la compatibilidad del polen. A medida que se aproxima la primavera, las yemas florales, después de un período de reposo invernal, reinician su crecimiento. Este proceso culmina en el desborre y la floración.
Durante la floración, las estructuras masculinas y femeninas de la flor, los estambres y el estigma, alcanzan su madurez, permitiendo la polinización. Este proceso es fundamental para la formación de frutos y en el cerezo se realiza principalmente por la acción de insectos polinizadores como abejas y abejorros. La polinización implica el transporte del polen desde el estambre hasta el estigma de la flor, donde, si las condiciones son favorables, el polen germina y emite un tubo polínico que crece a lo largo del estilo de la flor. Para que se forme un fruto, es esencial que al menos uno de estos tubos polínicos alcance el ovario y fecunde un óvulo.
Sin embargo, la fecundación puede verse afectada por la compatibilidad del polen. En las variedades de cerezo autoincompatibles, el tubo polínico no puede desarrollarse si el polen proviene de la misma flor, o de otra flor del mismo grupo de incompatibilidad, debido a un mecanismo genético regulado por el locus S. Este locus es responsable del reconocimiento entre el polen y el pistilo de la flor. Si el alelo S del grano de polen coincide con alguno de los alelos S del pistilo, el crecimiento del tubo polínico se detiene, impidiendo la fecundación y, por ende, la formación del fruto.
El cerezo es particularmente exigente en términos de polinización, ya que un gran número de sus variedades comerciales, incluidas muchas de las tradicionales, son autoincompatibles. Esto significa que requieren polinización cruzada con polen proveniente de otras variedades para producir frutos. Por lo tanto, al diseñar plantaciones de cerezos, es crucial considerar las necesidades específicas de polinización de cada variedad. Es necesario introducir en la plantación árboles polinizadores de variedades diferentes que florezcan simultáneamente para asegurar la producción de frutos.
El gran aporte de la ciencia al cultivo de cerezo
En contraste, en las últimas décadas, ha habido un desarrollo significativo en la creación de variedades autocompatibles de cerezo. Estas nuevas variedades han revolucionado el cultivo del cerezo desde finales del siglo XX. A diferencia de las variedades autoincompatibles, las variedades autocompatibles no necesitan de otra variedad como fuente de polen, ya que pueden utilizar su propio polen para fecundar sus flores. Esto simplifica considerablemente la gestión del cultivo, ya que elimina la necesidad de coordinar la floración de diferentes variedades polinizadoras.
Además, las variedades autocompatibles disponibles en la actualidad no solo pueden autofecundarse, sino que también pueden actuar como polinizadores efectivos para cualquier otra variedad, independientemente de su grupo de incompatibilidad. Este avance ha tenido un impacto significativo en la industria del cultivo del cerezo, facilitando la producción de frutas y aumentando la eficiencia de las plantaciones.
En resumen, el sistema de incompatibilidad genéticamente regulado en el cerezo juega un papel crucial en la polinización y fecundación de los frutos. La distinción entre variedades autoincompatibles y autocompatibles es esencial para la planificación de plantaciones y la producción de cerezas. El desarrollo de variedades autocompatibles ha simplificado el cultivo y ha permitido una mayor flexibilidad en la gestión agrícola, marcando un hito importante en la evolución del cultivo del cerezo.
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