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Wageningen University impulsa una nueva etapa en la investigación del banano

Wageningen University impulsa una nueva etapa en la investigación del banano
  • La línea está centrada en el desarrollo de variedades resistentes, el control de patógenos y la sostenibilidad del sistema productivo.

  • El equipo liderado por Desalegn Etalo y Harold Meijer refuerza la colaboración internacional y la integración entre ciencia básica y aplicada, abordando los desafíos del cultivo con un enfoque holístico y multidisciplinar.

 

25.06.2025 – INVESTIGACIÓN

La investigación sobre la banana en La Universidad de Wageningen (Wageningen University & Research, WUR) avanza con una nueva orientación gracias al trabajo de Desalegn Etalo y Harold Meijer. Ambos continúan la trayectoria iniciada por Gert Kema, recientemente jubilado, impulsando el estudio de patógenos y desarrollando variedades de banano más resistentes y sistemas de producción más resilientes. Su objetivo: integrar la investigación fundamental y aplicada, y fomentar la colaboración multidisciplinar e internacional.

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El banana es un alimento básico para cientos de millones de personas. Según Etalo, es una fuente de vida, no solo una simple fruta. Desalegn Etalo es responsable desde abril de la investigación sobre banano en el Laboratorio de Fitopatología. Originario de Etiopía, conoce de primera mano el impacto de las enfermedades de las plantas.

Etalo declara:

“Se pierden cosechas enteras, lo que provoca desnutrición e incluso muertes. He visto personas vigilando sus cultivos durante horas bajo el sol, intentando protegerlos. Esa experiencia es la que me impulsa a trabajar para lograr un impacto social real”.

Junto con Harold Meijer, responsable de la investigación del banano dentro de Plant Research, Etalo construye sobre el legado de Gert Kema, quien posicionó a la WUR como referente mundial en enfermedades del banano. Su labor frente a patógenos como Fusarium y el desarrollo de variedades resistentes, como Yelloway One, han sido fundamentales.

Desalegn Etalo y Harold Meijer, en un invernadero de banana en la Universidad de Wageningen

Etalo afirma:

“Gert supo combinar el conocimiento científico con la aplicación práctica, un puente de gran valor»

 

Enfoque holístico de la sanidad del cultivo

En los próximos años, el equipo centrará sus esfuerzos en la Gestión Integrada del Cultivo, abordando los problemas desde distintas disciplinas.

Etalo explica:

“Ya no podemos ver una enfermedad como un problema aislado entre una planta y un patógeno. El banano forma parte de un ecosistema complejo, donde intervienen el suelo, otras plantas, insectos y microorganismos»

Esta visión requiere un enfoque holístico y trabajo conjunto con otros grupos como Nematología, Virología y Biosistemática. Un ejemplo de esta colaboración es el estudio sobre la interacción entre Fusarium y picudos (weevils), ya que las plantas infectadas liberan compuestos que atraen a estos insectos, lo que agrava la infección. Dado que los picudos habitan en el suelo, se integran también estudios sobre el ecosistema edáfico.

Integración entre ciencia básica y aplicada

Además del trabajo multidisciplinar, se busca una mayor integración entre investigación básica y aplicada.

Meijer comenta:

“La ciencia fundamental es el punto de partida para desarrollar nuevas variedades y soluciones, pero su aplicación requiere tiempo. Por eso, la investigación aplicada es clave para enfrentar los problemas actuales causados por hongos, insectos, bacterias y virus”.

También existe una retroalimentación: si una solución aplicada no funciona, se convierte en base para nuevas investigaciones fundamentales. Un ejemplo es el estudio de cómo los patógenos desarrollan resistencia, lo que puede inutilizar productos ya efectivos.

Otra línea de trabajo es el desarrollo de diagnósticos más rápidos para detectar brotes y frenar la propagación precozmente, ganando tiempo hasta disponer de variedades resistentes.

Meijer declara:

“Además, realizamos ensayos con nuevas variedades por encargo de clientes. En una ocasión, una planta mostraba resistencia a hongos, pero su fragilidad física la descartaba para producción comercial”.

Soluciones a corto y largo plazo

La investigación actual aborda tanto los desafíos inmediatos como los futuros.

Etalo advierte:

“Si solo nos centramos en solucionar los problemas actuales, perderemos la batalla. Los patógenos evolucionan constantemente, mientras que el cultivo sigue siendo el mismo. Lo que funciona hoy puede no funcionar en 10 años. Es por ello que se investiga en nuevos métodos de control de plagas y sistemas de cultivo, aunque su implementación práctica puede llevar una década.»

Meijer añade:

“Cada región presenta desafíos específicos, con sistemas de cultivo y capacidades diferentes. No se puede aplicar una solución de forma generalizada. No existe una receta única. Cada investigación genera nuevas preguntas, lo que convierte este trabajo en un proceso continuo y apasionante”.

Colaboración internacional: un pilar clave

La colaboración con instituciones en países productores de banana —África, Sudamérica y el Sudeste Asiático— sigue siendo esencial.

Etalo explica:

“Para generar impacto, el conocimiento debe llegar a los lugares donde surgen los problemas. Por eso trabajamos con universidades locales, agricultores y comunidades».

«En un proyecto en Indonesia, por ejemplo, se formó a los agricultores para identificar tipos de patógenos. Existe una dimensión social importante: además de ciencia, trabajamos en concienciación y transferencia de conocimiento”.

Abiertos a nuevas ideas y colaboraciones

Etalo y Meijer invitan a investigadores, empresas y entidades a proponer ideas relacionadas con el banano.

Meijer anima:

“Evaluamos si merecen una línea de investigación, tanto básica como aplicada. Y si hay interés en colaborar a largo plazo, también estamos abiertos. Eso facilita la creación de programas y la solicitud de financiación”.

Etalo concluye:

“Gracias al trabajo iniciado por Gert, ya hemos demostrado lo que podemos lograr. Si conseguimos conectar aún más las piezas, el impacto científico y social en las próximas décadas puede ser enorme»

 

Fuente: Universidad de Wageningen

 

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