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El IRTA impulsa un modelo circular para avanzar hacia un sistema agroalimentario más sostenible, resiliente e innovador

El proyecto Agroecoeconomía Circular investiga cómo integrar agricultura, ganadería y gestión forestal para reducir el impacto ambiental, optimizar recursos y reforzar la sostenibilidad de las explotaciones

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El IRTA lidera el proyecto Agroecoeconomía Circular, una iniciativa demostrativa e innovadora que tiene como objetivo transformar la manera en que se produce en el sector agroalimentario catalán. El proyecto desarrolla ensayos en las fincas experimentales del IRTA en Monells y Mas Badia, con el fin de evaluar cómo la integración de actividades agrícolas, ganaderas y forestales puede generar sistemas más sostenibles, eficientes y resilientes.

Según Francesc Prenafeta, coordinador del proyecto e investigador del programa de Sostenibilidad en biosistemas del IRTA, especializado en microbiología y biotecnología ambiental:

“queremos demostrar, con ensayos a escala real, que es posible avanzar hacia prácticas más circulars en el aprovechamiento de los nutrientes, el agua y la energía, minimizando al mismo tiempo las pérdidas de recursos valiosos y la generación de residuos. La circularidad no es solo una idea, es una estrategia que reduce emisiones, ahorra costes y mejora la resiliencia de las explotaciones”.

El proyecto combina la experimentación práctica con herramientas de monitorización y modelización para estudiar cómo el aprovechamiento de los nutrientes, la gestión forestal activa, la fertilización orgánica y la silvopastura pueden actuar de forma integrada para mejorar la sostenibilidad global del sistema. Esto incluye la optimización de los flujos de nutrientes, agua y energía dentro de las explotaciones y la valorización de coproductos agroforestales.

 

Hacia una gestión más sostenible del suelo y la biodiversidad

Uno de los ejes fundamentales del proyecto es el manejo del suelo y la biodiversidad. El IRTA estudia cómo prácticas como la fertilización orgánica, el uso de cubiertas vegetales y la presencia controlada de ganado en zonas forestales pueden favorecer la salud del suelo, la riqueza vegetal y la biodiversidad sin comprometer la productividad agraria.

Como apunta Prenafeta

“las técnicas moleculares nos permiten detectar cambios en la microbiota del suelo antes de que sus efectos se noten en el campo. Esta información es clave para ajustar las prácticas agrarias y preservar la biodiversidad y la calidad del suelo, garantizando así la estabilidad de los agrosistemas”.

Este enfoque permite considerar la explotación como un sistema interconectado en el que campos, pastos y bosques funcionan de manera conjunta, y donde los procesos naturales y humanos se refuerzan mutuamente para crear un modelo más circular y eficiente.

 

Un proyecto demostrativo y escalable para el futuro del sector agroalimentario

Agroecoeconomía Circular, financiado por los Fondos Climáticos de la Generalitat de Catalunya, tiene una clara vocación de replicabilidad y transferencia. El objetivo es generar conocimiento aplicable y herramientas prácticas que puedan adaptarse a otras zonas rurales de Cataluña, contribuyendo a la resiliencia económica y ambiental del sector.

Según Prenafeta:

“no buscamos recetas cerradas, sino protocolos e indicadores prácticos y adaptables. Con datos representativos del sector catalán, queremos demostrar que los modelos productivos actuales pueden reorientarse con criterios de eficiencia y sostenibilidad para obtener resultados medibles y costes asumibles”.

Con esta visión, el IRTA consolida su papel como agente de investigación aplicada y como referente en la transformación del sector agroalimentario hacia un futuro más circular, autosuficiente y compatible con la conservación del medio, especialmente en lo que respecta a la adaptación a los efectos del cambio climático.

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