La agrovoltaica despliega su gigantesco potencial
Cultivando resiliencia energética y agrícola en Washington

El estado de Washington, inmerso en la carrera por alcanzar sus ambiciosos objetivos de energías limpias, se enfrenta al desafío de desplegar vastas infraestructuras solares sin comprometer sus valiosas tierras agrícolas. Ante esta encrucijada, un exhaustivo análisis técnico ha puesto sobre la mesa la agrovoltaica –la sinergia de combinar la producción agrícola y la generación solar fotovoltaica en una misma superficie– como una solución pragmática y sostenible que armoniza la seguridad alimentaria con la demanda energética. Este estudio, que integra una síntesis de la literatura científica global, mapeos geográficos precisos, modelos de cultivos innovadores y encuestas a la comunidad, ofrece un optimismo cauteloso y fundamentado sobre la viabilidad de implementar estos sistemas en el 'Evergreen State' y su capacidad para contribuir de manera significativa a la matriz energética sin sacrificar la producción.
Un tesoro energético oculto. El rol de los 'pivot corners'
Washington posee un potencial masivo para el despliegue agrovoltaico, concentrado principalmente en las regiones central y oriental. El análisis ha identificado cerca de 942.214 acres de tierras agrícolas viables situadas a menos de una milla de las líneas de transmisión existentes. Esta extensión podría albergar entre 94 y 188 gigavatios (GW) de capacidad de energía solar, una cifra que ilustra la escala de la oportunidad. Dentro de este potencial, más de 145.000 acres corresponden a huertos, con la capacidad de aportar de 15 a 30 GW, además de otras 13.000 acres dedicadas a usos especializados. Incluso con la exclusión de la mayoría de las tierras de pastoreo, el potencial se mantiene en un impresionante rango de 35 a 70 GW.
Como alternativa de co-ubicación, el informe examinó el potencial de los denominados pivot corners.
¿Qué son los pivot corners?
Son áreas de cultivo a menudo infrautilizadas ubicadas en las esquinas de los campos irrigados por pivote central. Se han identificado más de 40.000 acres de pivot corners cerca de subestaciones, lo que se traduce en un potencial adicional de 4.4 a 8.7 GW de energía solar. Aunque esta solución es tecnológicamente y socialmente más sencilla de implementar, su potencial energético es considerablemente menor.
El mensaje técnico es inequívoco: la agrovoltaica, junto con estrategias como la optimización de los pivot corners, se erige como una vía crucial y complementaria para forjar el futuro energético sostenible del estado.
Claves biológicas. Cultivos compatibles y adaptación específica
La idoneidad de un sistema agrovoltaico no es universal, sino que depende directamente de la compatibilidad biológica entre el diseño del panel solar y la fisiología del cultivo subyacente. El modelado avanzado, que fusiona el diseño de las matrices solares con las tasas de crecimiento agrícola, ha proporcionado estimaciones clave sobre la producción de energía y, crucialmente, el impacto real en los rendimientos.
Los resultados técnicos sugieren que los cultivos frutales perennes, como las manzanas y las bayas, se perfilan como candidatos especialmente aptos. Un ejemplo destacado es el de la lechuga, un cultivo prometedor en Washington que registró reducciones medias de rendimiento inferiores al 10% bajo los paneles, con caídas de tan solo el 3% en ciertas zonas. En marcado contraste, las fresas, mucho más sensibles a la sombra, experimentaron descensos sustanciales en su rendimiento, con pérdidas de entre el 40% y el 84%. Para el vital sector de las manzanas, el estudio propone el uso de matrices elevadas de seguimiento de un solo eje. Este diseño no solo genera energía, sino que también ofrece un beneficio adicional: la capacidad de gestionar las temperaturas de la superficie de la fruta, actuando como una valiosa estrategia de adaptación técnica ante el aumento de las temperaturas estivales. En definitiva, la viabilidad exige una elección de cultivo meditada, pues otros, como muchos granos, se revelaron como demasiado intolerantes a la sombra para las configuraciones agrovoltaicas convencionales.
Proyecciones, discusiones logísticas y el imperativo social
Las conclusiones del estudio apuntan hacia un panorama complejo que, si bien avala el optimismo técnico, exige una cautela pragmática. La viabilidad económica final de cualquier sistema estará siempre supeditada a la ecuación entre el valor del cultivo y el grado de impacto en su rendimiento. Si bien la ciencia actual ha identificado una alta idoneidad para ciertos cultivos, la investigación adicional y específica en Washington resulta indispensable para optimizar los diseños agrovoltaicos y los tipos de cultivos, asegurando así una adopción exitosa que beneficie tanto a los agricultores como a los objetivos energéticos estatales.
Desde una perspectiva de implementación social, el desafío logístico es considerable. La tierra potencialmente apta para agrovoltaica está significativamente fragmentada en propiedad. La mayoría de los propietarios de tierras cerca de subestaciones poseen apenas unas pocas docenas de acres (con una mediana de 7.3 acres), lo que implica que los desarrolladores a escala de servicios públicos deberán coordinar proyectos a través de múltiples propietarios adyacentes o concentrarse en un número limitado de terratenientes con grandes extensiones.
La aceptación de la comunidad agrícola es, por ende, el factor determinante. Las encuestas realizadas indicaron que el interés de los agricultores en el sistema agrovoltaico está poderosamente condicionado por variables como la viabilidad de la transferencia de la granja a la próxima generación, la generación de oportunidades económicas locales y la posibilidad de una influencia directa en el diseño y la planificación del proyecto. Un caso de estudio en el condado de San Juan, donde la agrovoltaica fue rechazada a pesar de su idoneidad teórica, enfatiza que, más allá de la viabilidad técnica, la ideología del paisaje, la percepción comunitaria y una participación local auténtica son elementos ineludibles que determinarán el éxito a largo plazo. El camino hacia la resiliencia energética y agrícola pasará, ineludiblemente, por salvar esta brecha social y logística mediante diseños innovadores y enfoques profundamente colaborativos.
Fuente
Lambert, M., Candib, A., Wu, G., & Tinianov, R. (2025, julio). Low hanging fruit for Washington's energy future: Agrivoltaic feasibility for agricultural and energy resilience in the Evergreen State. The Nature Conservancy. https://doi.org/10.13140/RG.2.2.30868.21125