Proyecto para reutilizar agua y fertilizantes en cultivo de tomate hidropónico
Estos lixiviados suponen aproximadamente un 25 – 30% del agua de riego y fertilizantes aplicados, necesarios para mantener un adecuado estado hídrico y nutricional en los sustratos de cultivo
La producción de hortícolas como tomate y verduras de hoja, particularmente lechuga, desde hace más de 10 años es algo común en Navarra, pero lo más interesante es que son producidos sin el suelo como medio de cultivo, denominados hidropónicos.
En reemplazo del suelo como medio de cultivo, las plantas son colocadas en sustratos similares en cuanto a características físicas, como fibra de coco o perlita, pero estos carecen de aspectos nutricionales, por lo tanto, nutrientes indispensables como nitrógeno, fósforo y potasio entre otros, deben aportarse externamente a través del fertirriego utilizando el agua como medio de transporte.
ABC de la hidroponía
El agua de riego transporta los nutrientes disueltos (solución nutritiva) que llegan al sustrato en donde está implantado el cultivo. De esta forma, al ajustar los nutrientes de forma precisa y suministrarlos al cultivo en los momentos adecuados, se obtiene un incremento productivo. Pero, como todo sistema de circulación, parte de esta solución nutritiva se pierde por lavado, lo que agronómicamente conocemos por lixiviación.
Estos lixiviados, que suponen aproximadamente un 25 – 30% del agua de riego y fertilizantes aplicados, son necesarios para mantener un adecuado estado hídrico y nutricional en los sustratos de cultivo.
Con motivo de reutilizar estas pérdidas de agua y fertilizantes, el INTIA ha realizado un Proyecto Piloto para validar en un invernadero una metodología que sirva para reutilizar en continuo esos lixiviados en un cultivo sin suelo de tomate para fresco.
Aspectos positivos en la reutilización de lixiviados
• Ahorro de agua: Experiencias en otras regiones aseguran que es posible hasta un 30% de ahorro en el consumo de agua por ciclo de cultivo, lo cual se torna interesante en regiones con escasez de agua apta para riego. Ensayos experimentales realizados hasta ahora, afirman que es factible un ahorro de agua anual del 21% (141 l/m2/ciclo de cultivo).
• Medida medioambiental: Los lixiviados, si en lugar de recogerlos y aprovecharlos, los vertemos al suelo, debido a su composición salina, con el tiempo pueden contaminar y salinizar el suelo, además de las aguas subterráneas.
• Ahorro de fertilizantes: la reutilización de lixiviados que contienen nutrientes como parte de la solución que se aporta al cultivo, permite ahorrar hasta un 30% algunos elementos nutritivos. Mientras que, en experimentos provisionales, se pudo estimar que es factible un ahorro de entre un 30 y 80 (hasta el 100% en algunos casos) en aportes de elementos nutritivos, en función del tipo de nutriente y de la tipología de agua de riego.
• Incremento de la calidad de frutos: Al utilizar los lixiviados, éstos van a ir con más sales disueltas que el agua de riego de origen. Y a lo largo del ciclo de cultivo, más se van a ir acumulando algunas de estas sales. Esto va suponer un incremento en la conductividad eléctrica. El riego con aguas ligeramente salinas origina frutos con mejores cualidades organolépticas.
Aspectos negativos en la reutilización de lixiviados
• Sanidad del cultivo: Entre posibles problemas que pueden surgir a la hora de realizar la recirculación de lixiviados está el relacionado con la sanidad del cultivo por la posible aparición de patologías en los propios lixiviados. Son problemas que se dan fundamentalmente con microorganismos de origen fúngico (Fusarium, Pythyum) debido a que en ocasiones las aguas de riego ya contienen algunos de estos patógenos o porque pueden darse las condiciones favorables para su desarrollo debido a la paulatina acumulación de materia orgánica de restos vegetales en descomposición y las condiciones ambientales favorables de temperatura y humedad.
Aplicación del proyecto
Actualmente y considerando que en Navarra apenas se realiza la recirculación de lixiviados, el equipo técnico de INTIA ha desarrollado un sistema válido para llevar a cabo la recirculación en cultivo de tomates con el objetivo de implementarlo posteriormente en la comunidad.
El proyecto se ha enmarcado dentro de las acciones de “Apoyo para los proyectos piloto y para el desarrollo de nuevos productos, prácticas, procesos y tecnologías, del Programa de Desarrollo Rural de Navarra 2014-2020”, y ha sido financiado por la Unión Europea a través de los fondos FEADER en un 65% y por el Gobierno de Navarra en un 35%.
Fuente: Navarra Agraria
AQUÍ el artículo completo de la revista Navarra Agraria