Mejora de la conservación en nueces
El auge en el cultivo de nueces alcanza a muchas zonas del mundo; en Argentina también interesa el tema y se realizan estudios para mantener la calidad. Ariel Vicente y Carlos Crisosto estudian el almacenamiento de nueces en atmósfera 100% N2 (de uso comercial habitual), 100% CO2 y aire, sometidas a temperaturas bajas y a 35ºC para acelerar los procesos.
Las nueces mantenidas en aire aumentaron los ácidos grasos libres más rápidamente que las que estaban en atmósferas altas en CO2 O N2. A temperatura baja, ambos gases fueron efectivos. A la temperatura alta, también ambos gases retrasaron el aumento de los valores de peroxidasa y de peroxidación de lípidos.
Sin embargo, la inhibición de la peroxidación de los lípidos fue mayor en las nueces almacenadas en CO2 que en otras condiciones. Los investigadores concluyen en el interés de estudios que consideren un rango amplio de temperaturas y de actividades de agua, combinadas con condiciones anaeróbicas, para maximizar la vida poscosecha de las nueces.
Otro trabajo en que intervienen estos investigadores constata la importancia de mantener la integridad de la película que recubre la parte comestible de las nueces para retrasar la oxidación, cuyas consecuencias son el oscurecimiento del color y el enranciamiento. Ambos trabajos fueron presentados en el IX Congreso Iberoamericano de Tecnología Poscosecha y Agroexportaciones tuvo lugar en Santiago de Chile (29 de noviembre a 1 de diciembre 2018), organizado por el Centro de Estudios Postcosecha – CEPOC, de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias – INIA.