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Las abejas y su desinteresado aporte contra la contaminación ambiental

Las abejas y su desinteresado aporte contra la contaminación ambiental

Desarrollan una herramienta que permite determinar la contaminación ambiental, con ayuda de las abejas, sin invadir ni afectar el normal funcionamiento de las colmenas

 

09.10.2020 – APUNTES
La jornada laboral de las abejas obreras no se reduce a 8 horas librando sábados y domingos, sino que deben servir a su colmena y por ende a la reina. En un día normal, cada obrera es capaz de realizar entre 10 y 15 vuelos, recorriendo entre 40 y 100 kilómetros y visitando unas 560 flores.

Es por ello, que se la considera un estupendo bioindicador de la contaminación ambiental en su radio de trabajo, entrando en contacto con todo contaminante, producto presente en el aire, árboles, flores, suelo y agua y transportándolo consigo misma a la colmena.

Sin embargo, el uso de colmenas para conocer el estado de la contaminación ambiental implica la captura de abejas y extracción de lo que ingieren o transportan en la superficie del cuerpo, como así también la extracción de muestras de crías, reservas de polen y miel, algo laborioso y, tal vez, agresivo para la colmena.

Descripción de la herramienta

Investigadores como el profesor José Manuel Flores de la Universidad de Córdoba en colaboración con un proyecto de la Universidad de Almería han desarrollado una herramienta que permite determinar la contaminación, con ayuda de las abejas, sin invadir ni afectar el normal funcionamiento de las colmenas.

Esta nueva herramienta se denomina APIStrip, Adsorb Pesticide In-hive Strip y se basa en el uso de una tira de poliestireno sobre la que se aplica una solución concentrada de Tenax, un producto que sirve para recoger y analizar lo que captan las abejas, diferenciando hasta ahora 442 tipos de plaguicidas.

Los profesionales, luego de varios experimentos, determinaron que lo ideal es colocar la tira APIStrip por 14 días en la colmena para captar la mayor cantidad de información y extraer los contaminantes sin alteraciones.

Con esta nueva tecnología, la abeja se convierte en una excelente recolectora de muestras de su entorno y bioindicador de contaminación ambiental, sin sufrir ningún desajuste en su vida normal y dando lugar a la planificación de acciones para mejorar la salud del ambiente.

Fuente:  Universidad de Córdoba – La abeja melífera revela la contaminación ambiental de su entorno

 

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