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Evaluación de daños poscosecha en arándanos

Evaluación de daños poscosecha en arándanos

Los arándanos son altamente apreciados en los mercados de exportación por su elevado valor nutricional y reconocida actividad antioxidante. Dado que cerca del 95% de los envíos en fresco de esta especie desde Chile se hacen vía marítima, la fruta puede tardar entre 20 y 50 días en llegar al consumidor final, dependiendo del mercado de destino. Lo anterior, junto a su alta perecibilidad hacen que la calidad al arribo sea una de las características de mayor relevancia para asegurar los retornos económicos de la industria.

Los frutos pueden sufrir diversas alteraciones (pudriciones, desórdenes fisiológicos, deshidratación, ablandamiento y pérdida de peso), siendo especialmente susceptibles al daño mecánico (o por impacto), producto de golpes o mala manipulación durante las distintas etapas del proceso de cosecha y poscosecha.

Este daño, que también se conoce como pardeamiento interno o machucón, no es visible de inmediato y resulta en un excesivo ablandamiento que reduce su calidad y vida de poscosecha. Además, se agrava con mayores períodos de almacenaje.

De acuerdo a la industria, los principales defectos encontrados en arándanos chilenos en destino corresponden a ablandamiento y deshidratación, los que según la temporada pueden representar entre 10-45% y 10-25% de los defectos totales, respectivamente.

Estudio de daño por impacto
Especialmente en el packing, el daño mecánico se genera en función del número y altura de los puntos de transferencia presentes en las líneas de selección / embalaje, junto al uso de materiales de amortiguación inadecuados. La severidad con la que se expresa el daño depende además de la sensibilidad varietal. Los machucones sólo se observan al partir los frutos, y se desarrollan como áreas pardas en la pulpa producto de la ruptura de tejidos y su posterior oxidación.

Estudios con el medidor electrónico de impactos BIRD: blueberry impact recording device desarrollado en EE.UU., han demostrado que muchos de los golpes ocurren en los puntos de transferencias de las líneas, en tanto los de mayor severidad se registran en las etapas finales, al caer la fruta hacia la tolva, donde se acumula para el llenado de los clamshells.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca, en conjunto con el USDA y University of Georgia, EE.UU, realizaron durante tres años estudios a nivel de laboratorio, evaluando el efecto de diferentes alturas de caída (0 a 120 cm, sobre materiales de impacto rígidos o acolchados) en la pérdida de firmeza y el desarrollo de pardeamiento interno, después de almacenaje, en los cultivares Brigitta y Legacy. Además se evaluó la diferencia en daño producto de caídas simples vs. caídas múltiples, que se asemejara más a lo que ocurre a nivel de packing.

La firmeza de la fruta se evaluó con un equipo Firmtech II (BioWorks, Inc., Wamego, KS, USA), que registra la fuerza necesaria para deformar en 1 mm el fruto y se expresa en g/mm. El pardeamiento interno se evaluó partiendo ecuatorialmente los frutos y determinando en forma visual el área pardeada, para luego obtener un promedio por repetición.

Diferencias vitales
La firmeza y el pardeamiento interno fueron medidos después de 30 días de almacenaje refrigerado a 0ºC más un día a temperatura ambiente (20ºC). Para los ensayos de caída simple, ambos cultivares presentaron un efecto diferenciado, dependiendo de la altura de caída y del material de impacto.

Brigitta se caracterizó por mayores diferencias entre los materiales de amortiguación, tanto en firmeza como en pardeamiento, a partir de los 30 cm. En Legacy las diferencias (dadas principalmente en pardeamiento interno) ocurrieron con golpes a partir de 45 cm de altura. Se destaca la favorable diferencia que se obtuvo en ambas variedades al utilizar una superficie de caída más blanda como la goma mouse.

En el caso de caídas múltiples, para Brigitta se observó que sobre el material acolchado, que debiera predominar en las líneas de packing, cuatro golpes de 8 cm resultaron en mayor pardeamiento interno que uno simple de 32 cm o dos golpes desde 16 cm. Para la firmeza, ambas alturas compuestas originaron fruta más blanda que aquella con un solo golpe. En la variedad Legacy, donde se utilizaron mayores alturas de caída el material acolchado (goma mouse) fue capaz de aminorar el daño, sin diferencias entre la composición de las alturas de caída. En oposición, el material rígido produjo un aumento importante del daño, siendo mayor en las alturas compuestas. Esto reafirma la relevancia de minimizar la altura en las potenciales zonas de impacto en las líneas de embalaje y utilizar materiales con capacidad de amortiguación.

Firmeza para un mismo clanshell
Ensayos paralelos permitieron determinar que la firmeza (medida con Firmtech II) para frutos dentro de un mismo clamshell comercial presentan una importante dispersión. Dependiendo de la variedad y la temporada, un solo pocillo puede contener entre un 30 y 50% de arándanos con firmeza inferior a 130 g/mm, considerado como el límite adecuado. Por lo tanto, se realizó un ensayo adicional, segregando frutos de la variedad Brigitta en tres categorías previo al golpe: fruta firme (190-210 g/mm); fruta media (160-180 g/mm) y fruta blanda (< 150 g/mm). La mitad de la fruta de cada categoría fue golpeada desde 30 cm sobre acrílico (rígido) y la otra mitad permaneció sin golpe. Los resultados claramente demostraron que la fruta firme es más resistente al golpe y se ablanda menos en almacenaje. Además, fruta blanda, independiente del golpe, seguirá perdiendo firmeza y presentará mayor nivel de pardeamiento interno.

Hacia una mejor poscosecha
Dado que los arándanos maduran en forma secuencial dentro de la planta, es muy probable que los frutos blandos, y por lo tanto más susceptibles al daño, posean una edad fisiológica mayor que los frutos firmes. Esto, unido a que el índice de cosecha se basa sólo en color, resulta en recolecciones a nivel comercial que mezclan fruta visualmente similar pero fisiológicamente diferente, aumentando la variabilidad en poscosecha. A modo de ejemplo se observa dispersión que se presenta en los valores de firmeza a cosecha y cómo ésta se distorsiona, aumentando las proporciones de fruta blanda, en poscosecha.

Para validar lo anterior, nuestro equipo de trabajo comparó el comportamiento de fruta en tres momentos de cosecha: fruta con 75% de coloración azul (C75); fruta cosechada al completar el 100% de coloración azul (C100) y fruta que después de alcanzar C100 permaneció en la planta por 4 a 5 días adicionales hasta ser cosechada, constituyendo una fruta sobremadura (C100+X). Cabe señalar que ambos estados, C100 y C100+X son azules, y no es posible distinguirlos visualmente.

La evaluación a cosecha de los tres estados de madurez reflejó diferencias estadísticas entre C100 y C100+X con una disminución en firmeza y aumento en la relación sólidos solubles/acidez al atrasar la cosecha. Estos efectos se mantuvieron después de almacenaje, con especial énfasis en una menor pérdida de firmeza en la fruta de C100 respecto a la C100+X.

Desafortunadamente, por el momento no existe una metodología que permita diferenciar en terreno y a nivel productivo la firmeza de la fruta azul. De conseguirse, permitiría mejorar la homogeneidad de la fruta en las unidades de exportación, disminuyendo las instancias de rechazo. Además, dentro de la industria de los arándanos frescos, falta consensuar una medida objetiva de firmeza, a nivel de campo e industria, que permita definir los límites entre una fruta blanda, media o firme, logrando un lenguaje común con los recibidores de nuestra fruta en el exterior.

 

Fuente
portal MundoAgro: el campo y la agricultura, en un sólo lugar 

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