La revolución tecnológica de la edición genómica – Aplicaciones y reflexiones
La edición genómica permite modificar unas pocas bases de un genoma sin llevar a cabo un proceso de transgénesis, lo que tiene varias implicaciones importantes
Prof. Marcos Egea Gutiérrez-Cortines, UPCT
En 2013 aparecieron los primeros trabajos en animales y plantas que demostraban que un sistema enzimático originalmente descrito en arqueobacterias de las salinas del Mediterráneo podia ser utilizado como bisturí de alta precisión para llevar a cabo edición de genes.
Esta tecnología que se ha expandido rápidamente permite modificar unas pocas bases en un genoma. Esto significa que los problemas asociados a dos tipos de tecnología se pueden solventar. Por un lado, los cruzamientos clásicos, llevan a cabo mezclas de genomas completos. Esto hace que en muchos casos, la mejora de un carácter, provoque una disminución de calidad en otro. Un caso clásico es el de genes de resistencia frente a calidad organoléptica de fruto.
La segunda tecnología alternativa, la de producción de plantas transgénicas, pretende precisamente, modificar un solo gen, pero para ello suelen utilizarse sistemas de selección basados en antibióticos.
El sistema de edición genómica tiene en común con el sistema de transgénesis el concepto de modificar un solo gen o unos pocos en el genoma, pero se diferencia porque no se necesita llevar a cabo un proceso de transgénesis para obtener una planta con un gen modificado según el interés del investigador o la empresa.
Esto tiene varias implicaciones importantes.
Primero, los cambios producidos son irreconocibles en cuanto al origen, pues una base o varias pueden cambiar como consecuencia de mutaciones naturales y espontáneas que ocurren contínuamente. Esto lleva a un nuevo paradigma pues el desarrollo de variedades transgénicas solo ha sido posible por grandes multinacionales con músculo financiero para poder soportar años sin beneficios mientras las variedades mejoradas pasaban los complejos trámites legales hasta su producción. Con el sistema CRISPR, una variedad modificada no puede ser considerada transgénica científicament.
Esto a su vez significa que si la legislación europea en ciernes sobre tecnología CRISPR para plantas se lleva a cabo según principios cientifico-técnicos, no se deberían considerar como organismos genéticamente modificados. Esto sería una oportunidad empresarial inmensa pues por primera vez tendríamos una democratización de la genética de precisión. Las PYMEs dedicadas a la mejora podrían llevar a cabo sus variedades registradas, algo que a día de hoy solo es posible para las grandes compañias.
Otro aspecto a destacar es que al poder desarrollar alelos CRISPR sobre material existente, el tiempo de mejora se recorta drásticamente pues en menos de 3 años se puede tener una variedad mejorada en algunos cultivos hortícolas. Una reflexión que hemos hecho los científicos, es que las legislaciones restrictivas no nos afectan a la hora de investigar pues podemos seguir haciéndolo en un marco restringido.
Es realmente el tejido empresarial el que se puede ver fuera de esta nueva revolución, con un problema añadido: las variedades producidas fuera de la UE que hayan sido mejoradas por CRISPR no van a poder ser detectadas como tales, por lo que se puede inundar el mercado de variedades que no son nuestras.
El Prof. Marcos Egea-Cortines expuso el tema en la jornada de Charlas en la Biblioteca del 27 de abril.
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Blog AECC
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