El cotonet de Sudáfrica, plaga reciente de los cítricos en España
El cotonet africano del Baix y el trip de las orquídeas son dos plagas de relativamente reciente aparición en cítricos. De ambos trató en el webinar de la Fundación Cajamar, con el entomólogo del IVIA Alejandro Tena
20.06.2020 – PUBLICACIONES
Las cochinillas algodonosas, pseudococcidos, reciben el nombre de cotonet en valenciano, en alusión a su parecido con el algodón; en 2009 se detectó en el Baix Maestrat, una zona al norte de Valencia, Delottococcus aberiae, un nuevo cotonet, que actualmente se encuentra también en otras zonas de producción de cítricos. Se trata de un género de insectos, Delottococcus, proveniente del África Subsahariana; el origen del D. aberiae que se ha implantado en la P. Ibérica se ha rastreado concretamente hasta Limpopo.
Este año, con una primavera lluviosa, la imposibilidad de utilizar metilclorpirifos, el insecticida más efectivo, pero cuyo uso ya no está autorizado, sumado a los problemas de movilidad causados por Covid-19, ha habido una alta incidencia de la plaga.
Produce dos tipos de daños diferentes; abultamientos alrededor del pedúnculo en naranjas, con aspecto muy variable, dependiendo de cuándo se produce el daño, y en clementinas y el resto de mandarinas el fruto queda más pequeño.
El insecto se diferencia de otras cochinillas algodonosas porque sus secreciones céreas son más largas que el cotonet Planococcus citri, y mucho más cortos que el cotonet del caqui, Pseudococcus longispinus
En la parte inferior de la imagen se observa la longitud de las secreciones céreas de D. aberiae, P. citri y P. longispinus, de izquierda a derecha.
El IVIA empezó en 2014 un proyecto para controlar esta nueva plaga; Alejandro Tena Barreda, de la Unidad de Entomología del IVIA, expuso los conocimientos obtenidos en el marco del webinar organizado por la Fundación Cajamar y que se llevó a cabo el 18 de junio 2020, moderado por Carlos Baixauli.
Biología
Los estudios sobre su biología muestran que ocurren entre 5 y 6 ciclos por año; se trata de un insecto que está activo en los meses de invierno. El máximo poblacional suele estar entre finales de mayo y principio de junio, coincidiendo con los máximos de piojo rojo, Aonidiella aurantii. Esto coincide con unos 2000 grados de temperatura acumulados (contando desde 0ºC), desde enero. La imagen muestra dos años de datos en que se produjeron sendos seis picos.
Pero, los mayores daños ocurren previamente, entre la caída de pétalos hasta el momento en que se dan los máximos poblacionales.
A diferencia de P. citri, D. aberiae se mueve e incluso dejan los ovisacos alrededor del tronco, en un radio de hasta unos 20 cm. En los tratamientos, es pues muy importante que el insecticida llegue al tronco y mojar esos centímetros alrededor de él. Los desplazamientos a lo largo del tronco se dan en primavera, no así en verano. No toda la población se desplaza, esto lo hace solamente un 30%; la restante permanece en la parte aérea.
Control
El momento de realizar los tratamientos es entre caída de pétalos y que se alcancen los 2000 grados acumulados. La correlación entre frutos con insecto y frutos dañados es buena. Los estudios realizados aconsejan realizar un tratamiento cuando un 12% de los frutos estén ocupados. El número de frutos a muestrear es unos 200 frutos por hectárea.
En el turno de preguntas se precisó que es muy importante encontrar los focos; es decir, que si se está ante una parecela en la que se sospecha hay cotonet de Sudáfrica, el muestreo debe ser más intenso hasta dar con el foco.
En relación al control, se ensayaron insecticidas y se estudiaron enemigos naturales.
Insecticidas
Los insecticidas afectan de forma diferente a ninfas y ovisacos; se obtuvieron buenos resultados con metilclorpirifos sobre ninfas, pero ya no está autorizados. De los que se pueden utilizar actualmente, hay dos con une efectividad que casi alcanza la mortalidad de ninfas obtenidas por el anterior, sulfoxaflor y acetamiprid.
En relación al control de los ovisacos pasa algo similar; ninguno de los insecticidas disponibles actualmente es tan eficaz como el metilclorpirifos, pero hay varios con niveles de control importantes (menos de 5 ninfas vivas por ovisaco) como son los dos ya mencionados sulfoxaflor y acetamiprid, a los que se suman los piretroides deltametrina y lambda chialotrina. Sin embargo, los piretroides suelen afectar bastante la fauna natural, por lo que su uso debería estar muy justificado; se espera que en no mucho tiempo se pueda disponer de Spinosad y Spinoteram (el Spinosad sintético), que tienen la efectividad pero no los problemas de los piretroides.
En cuanto a las dosis a utilizar, las máximas autorizadas para cada producto (los ensayos de efectividad se realizaron en laboratorio, donde las eficacias son siempre mayores).
Predadores
De los depredadores generalistas, el más importante es Cryptolaemus montrouzieri. Tiene la ventaja de que también baja al suelo, pero su pico poblacional ocurre más tarde que el de D. aberiae. La experiencia es que esto no es grave si el año previo ha habido poblaciones altas del predador.
Parasitoides naturales no han encontrado y los que se utilizan a nivel comercial D. aberiae encapsula el huevo, evitando que eclosione. De momento no se ha encontrado en España un parasitoide capaz de parasitar a este cotonet.
La UPV importó el parasitoide Anagyrus aberiae y esta primavera se obtuvo la autorización para liberar 100 individuos y la presión del sector logró que finalmente fueran 500.
Feromonas
Otro enfoque de control es el uso de la feromona sexual de D. aberiae, aislada por el grupo de investigación CEQA, Ecología Química Aplicada, de la UPV, pero aún no se sabe si el control es suficiente.
Más información: IVIA, Gestión integrada de plagas y enfermedades de cítricos
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