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El cultivo de hongos lignícolas autóctonos, camino de ser una realidad

El cultivo de hongos lignícolas autóctonos, camino de ser una realidad

El objetivo del proyecto donde participa el IRTA, es obtener cepas de hongos lignícolas comestibles originarias de nuestros bosques y establecer las condiciones de cultivo más adecuadas

 

04.11.2020 – COMUNICADO
Cultivar setas de chopo autóctonas (Ciclocybe aegerita), de la que hasta ahora se cultivaban sólo cepas foráneas, así como el hongo hígado de vaca (Fistulina hepática), el políporo gigante (Meripilus iganteus) o la seta de nogal (Polyporus squamosus) -especies conocidas como comestibles, pero no comercializadas como setas cultivadas-, ya es posible gracias a un grupo operativo en el que ha participado el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA). El objetivo del proyecto es obtener cepas de hongos lignícolas comestibles originarias de nuestros bosques y establecer las condiciones de cultivo más adecuadas. En la naturaleza son setas estacionales, principalmente de otoño. Cultivados en condiciones controladas y como nueva alternativa agrícola, se podría abastecer el mercado todo el año con un producto de alta calidad, disminuiría la presión sobre las poblaciones naturales de nuestros bosques y se potenciaría el sector forestal dando valor a la madera de pequeña talla, ahora sin salida comercial.

Iniciado en noviembre de 2019, el proyecto comenzó con una prospección de campo y una recolección de hongos lignícolas de los bosques, siguiendo una lista de potenciales candidatos. Esta tarea la lideró la Sociedad Catalana de Micología. A partir de ejemplares recogidos en el bosque, los investigadores del IRTA hicieron el aislamiento en cultivo puro de las cepas, y «actualmente, se trabaja con unas setenta cepas de diez especies diferentes de hongos lignícolas, que han sido aisladas», explica Joan Pera, investigador del Programa de Protección Vegetal Sostenible del IRTA. «Se han desarrollado métodos de producción de inóculo (semilla) y se están estableciendo los sistemas de cultivo para cada especie y cepa», añade el investigador.

Para el cultivo de todas estas especies de hongos lignícolas utiliza un sustrato a base de desmenuzados y serrín de madera de diferentes árboles y arbustos, provenientes de la industria forestal. En este aspecto, ha sido determinante la colaboración del Gremio de Madera y Mueble. Además, del residuo del cultivo de las setas -el sustrato donde ha crecido el micelio del hongo- se produce un compost de alta calidad para la agricultura y la jardinería, lo que cierra el círculo de este sistema productivo y lo hace más sostenible.

Cataluña cuenta con una fuerte implantación y tradición micológica. Actualmente, sin embargo, la mayor parte del cultivo de hongos lignícolas que crecen sobre la madera y los troncos de los árboles, se centra en pocas especies que provienen, en su mayoría, de la tradición asiática. En los últimos años, el consumo de setas no ha parado de aumentar, tanto en nuestro país como en el conjunto de Europa. Las setas lignícolas, además de sus propiedades gastronómicas, tienen muchas propiedades saludables, entre las que destacan su papel de reguladores de la flora intestinal y como potenciadores de la inmunidad.

El proyecto cuenta también con la colaboración de cocineros de renombre, que tratarán los aspectos culinario y gastronómico de las setas lignícolas.

Un proyecto con una vertiente social

TEB Verd, que lidera el proyecto, es una cooperativa sin ánimo de lucro que comercializa sus productos bajo la marca Bolet Ben Fet. Es un centro de trabajo especial que da trabajo a personas con discapacidades. «Nuestra cooperativa dispone de una granja de cultivo ecológico de setas que queremos potenciar», señala Carlos Díaz, director de Bolet Ben Fet. «Creemos que estamos en el buen camino, tanto en cuanto al cultivo futuro de hongos lignícolas como por el mercado potencial y el futuro consumidor que, en nuestro país, ya tiene tradición de consumir setas y que está dispuesto a probar nuevas sensaciones y experiencias», comenta.

Para la realización de este Proyecto Piloto Innovador, financiado por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Cataluña y por la Asociación Europea para la Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas, se constituyó un Grupo Operativo liderado por la empresa Bolet Ben Fet (TEB Verd SCCL), en la que participan Bolets de Soca (Tresserras Multimedia SL), la Sociedad Catalana de Micología, el Gremio de la Madera y el Mueble, y el IRTA, con la colaboración de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB).

Sobre el IRTA

El IRTA es un instituto de investigación dedicado a la I+D+i agroalimentaria en los ámbitos de producción vegetal, producción animal, industrias alimentarias, medio ambiente y cambio global, y economía agroalimentaria. La transferencia de sus avances científicos contribuye a la modernización, competitividad y desarrollo sostenible de los sectores agrario, alimentario y acuícola, a la provisión de alimentos sanos y de calidad para los consumidores y a la mejora del bienestar de la población. El IRTA está adscrito al Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació (DARP) de la Generalitat de Catalunya.

 

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