Horticultura en el desierto africano
Investigadores de la Universidad de Aston construirán una serie de invernaderos en el desierto, los cuales serán abastecidos con agua del mar
18.11.2020 – I+D+i
La región nombrada como el Cuerno de África (zona árida y semiárida del África Oriental, ubicada en donde desagua el mar Rojo con el océano Índico), es conocida por sus altas temperaturas, las cuales superan con facilidad los 40°C, el agua escasea y la agricultura convencional se encuentra marginada, obligando a su población a padecer una de las peores crisis alimentarias del mundo.
Con intenciones de mejorar esta situación y teniendo en cuenta el crecimiento poblacional esperado en los próximos años, investigadores de la Universidad de Aston, Inglaterra dirigidos por el Dr. Philip Davies y el Dr. Sotos Generalis en conjunto a distintas empresas del sector y el gobierno británico, construirán una serie de invernaderos en el desierto, los cuales serán abastecidos con agua del mar.
Objetivo del proyecto
El proyecto que podría marcar una diferencia en el futuro de las personas, tiene como objetivo superar las condiciones inhóspitas de la región ayudando a los agricultores a aumentar radicalmente el rendimiento de sus cultivos, proporcionándoles un ingreso constante y sostenible. Actualmente, en el caso de Somalia, solo el 1,5% de sus tierras están cultivadas y el rendimiento medio anual de los cultivos por hectárea es de solo 0,5 toneladas, en comparación con las 700 toneladas por hectárea potenciales que podrían lograr en invernaderos comerciales.
Por otra parte, no solo el rendimiento económico mejorará, sino que también la calidad de los cultivos, economizando agua y nutrientes a diferencia de los cultivos tradicionales de la región.
Funcionamiento de la infraestructura
Los innovadores invernaderos, utilizarán agua de mar para el riego de los cultivos, la cual será tratada y transportada gracias al uso de energía solar. El tratamiento para convertirla en agua utilizable para riego, se denomina desalación y el agua de mar restante se pondrá en contacto con el aire dentro de las estructuras de red de bajo costo de los invernaderos, creando una brisa fresca y húmeda para reducir la transpiración de las plantas. Finalmente, la sal remanente del agua de mar se utilizará para cocinar y conservar los alimentos.
Fuente
Aston University – Seawater Greenhouse Ltd
