Nuevos estudios para el control natural de Drosophila suzukii
- Proyecto GreenSuzukii: control biológico de Drosophila suzukii utilizando plantas como biofactorías de volátiles
02.02.2023 – I+D+i
Investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y la Universidad de Salamanca (USAL) ponen en marcha el proyecto «GreenSuzukii: control biológico de Drosophila suzukii utilizando plantas como biofactorías de volátiles» para encontrar una nueva solución para combatir la plaga de la mosca de alas manchadas (Drosophila suzukii) basada en el control biológico.
Drosophila suzukii, el gran enemigo de los berries
Entre las principales plagas que afectan la producción de frutos rojos, tenemos a Drosophila suzukii (Matsumura, 1931) (Diptera: Drosophilidae), un insecto autóctono de Asia, pero que en la actualidad está presente en numerosos países de todo el mundo. En el año 2008 se cita en España, en la provincia de Tarragona, y cuatro años más tarde aparece en Andalucía.
Características del insecto plaga
Drosophila suzukii presenta una elevada polifagia, además de un enorme potencial de reproducción y una gran capacidad de dispersión. A diferencia de otras especies de Drosophila, D. suzukii gracias a su ovipositor serrado tiene la capacidad de atacar a frutos inmaduros, lo que le confiere un elevado potencial de daño.
Todas estas características, junto a su elevada atracción por los frutos rojos y cerezas, confieren especial complejidad al manejo de esta plaga, por lo que hay que intentar aplicar todas las medidas de control que estén a nuestro alcance.
Daños que ocasiona al cultivo
Las larvas de D. suzukii causan daño al alimentarse de la pulpa dentro de las frutas y bayas. La fruta infestada comienza a colapsar alrededor del sitio de alimentación, causando una depresión o mancha visible en la fruta. La cicatriz de oviposición expone la fruta a un ataque secundario por patógenos y otros insectos, que pueden causar.
GreenSuzukii : un proyecto conjunto
En una primera fase, el IRTA evaluará el efecto de las moléculas orgánicas volátiles de fresa, frambuesa y arándano sobre la mosca en sus invernaderos experimentales. Asimismo, estudiará si este sistema es compatible con otros insectos que actúan como enemigos naturales de plagas, así como insectos polinizadores.
En paralelo, el CRAG estudiará los mecanismos genéticos que hacen que las plantas emitan más o menos moléculas y en qué partes de la planta se generan y se acumulan más. «Tenemos muchos estudios previos sobre las moléculas aromáticas y volátiles de las fresas, así que nos servirán como modelo para ver si actúan como repelente para la mosca y, después, lo estudiaremos en otros cultivos de frutos rojos», explica Amparo Monfort, investigadora del programa de Genómica y biotecnología vegetal del IRTA en el CRAG.
Por último, científicos de la Unidad de Excelencia de Producción Agraria y Medio Ambiente ‘AGRIENVIRONMENT’ del Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) de la USAL identificarán otras plantas que desprenden moléculas útiles para el control de la mosca y que se puedan plantar de forma intercalada entre los cultivos afectados.
Otras soluciones biológicas similares
En el mercado ya existen algunas soluciones que van de la mano con el proyecto GreenSuzukii, como el caso del insecto benéfico Trichopria drosophilae (Perkins, 1910) (Hymenoptera: Diapriidae), un parasitoide de pupas capaz de superar la fuerte respuesta inmunitaria de esta plaga.
La estrategia de control biológico de D. suzukii se basa en las liberaciones tempranas de Trichopria en las zonas de reservorio donde se desarrolla la plaga, persiguiendo una reducción de sus niveles poblacionales antes de su ingreso en el cultivo.
Una mirada al futuro de la agricultura
Según los expertos, el sector todavía está lejos de prescindir completamente de los pesticidas, pero aseguran que gracias a proyectos como este podría reducirse su uso y hacer «que la naturaleza trabaje con y para nosotros». En fases más avanzadas del proyecto y una vez se demuestre que la técnica es eficaz, se trasladará a los agricultores y a la industria agroalimentaria para aplicarlo en condiciones reales y reducir el impacto de la plaga.
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