El proyecto Vinos OLD-VIDAOS, para recuperar variedades de vid
El proyecto permitirá diversificar la producción, diferenciar nuevos vinos, potenciar el patrimonio cultural, contar con variedades con mejor adaptación y que estas variedades lleguen al sector
Por José Félix Cibriáin Sabalza, Técnico de Viticultura (EVENA)
La larga tradición vitivinícola de Navarra ha favorecido la existencia de viñedos antiguos, cada vez en menor número, que representa entre otros aspectos un importante activo desde el punto de vista del mantenimiento de la biodiversidad.
Varios son los motivos que impulsan a recuperar variedades de vid:
– la necesidad de diversificar la producción: el 50% de la superficie del mundo está plantada con 15 variedades, y en España el 80% de la superficie está plantada con 9 variedades.
– la oportunidad de diferenciación y tipicidad de nuevos vinos, y así poder elaborar vinos más competitivos con una personalidad propia en un mundo globalizado.
– el interés de potenciar el patrimonio cultural y la tradición que caracteriza cada uno de los territorios vitivinícolas.
– el potencial que puedan tener estas variedades de adaptación a factores externos bióticos y abióticos. Muchas de estas variedades están adaptadas a las zonas donde se han cultivado durante cientos de años y pueden ser un recurso a tener en cuenta frente a futuras amenazas desde el punto de vista ambiental.
Desde el año 2002, EVENA, Estación de Viticultura y Enología de Navarra, afronta la recuperación de material vegetal contabilizando actualmente un total de 234 entradas de material vegetal que corresponden a 64 variedades recuperadas. Dentro de este trabajo, se han encontrado cepas que no han podido ser identificadas por no estar en la base de datos de los centros de referencia, y por lo tanto son consideradas variedades desconocidas.
En la parcela experimental se ha efectuado la primera aproximación a la caracterización agronómica y enológica. De todas las variedades recopiladas, se trabaja con un grupo de ellas elegidas según criterios como la diversidad, la rusticidad, además de demostrar ratios de producción y calidad adecuadas a las necesidades actuales y futuras de la viticultura.
Parte de estas cepas desconocidas se encuentran ya en el proceso final de inscripción en el Registro de Variedades Comerciales y de clones certificables de distintas variedades recuperadas de viñedo antiguo, como la Garnacha Blanca y el Tempranillo.
El trabajo descriptivo efectuado es amplio y abarca la evaluación desde el punto de vista sanitario, ampelográfico, morfológico, agronómico, enológico, todo ello refrendado con la caracterización organoléptica de los vinos obtenidos.
Este proyecto “Vinos Old-Vidaos” rescate de variedades a partir del viñedo antiguo en el área de cultivo de Navarra surge del proyecto de recuperación de variedades locales en el ámbito de producción de la Comunidad Foral de Navarra, variedades que, por su carácter singular o exclusivo, se desean multiplicar con el objeto de preservar la diversidad del viñedo existente en este territorio.
El objetivo final del proyecto es propiciar que aquellas variedades interesantes lleguen al sector. Para ello, se trabaja con el sector viverista navarro para su multiplicación y con las bodegas para validar este material de forma experimental en diversas situaciones de cultivo.
Actualmente la sección participa en dos proyectos:
– uno a nivel nacional relacionado con la caracterización de material vegetal, Proyecto Minorvin “Valorización de variedades minoritarias de vid por su potencial para la diversificación vitivinícola y de resiliencia al cambio climático”, en el que intervienen 16 centros de investigación vitivinícola nacionales y otro en el ámbito de las regiones Poctefa;
– Proyecto Vitisad “Estrategias y prácticas vitícolas sostenibles de adaptación al cambio climático” en colaboración con socios de Neiker, Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja a través del ICVV, Cámara de Agricultura de los Pirineos Atlánticos y el Instituto Francés de la Viña y el Vino, en el que una de las líneas de trabajo se ensaya el material vegetal en relación con la mitigación de los efectos del cambio climático.
El resultado de estos trabajos es poner en valor la biodiversidad en el viñedo antiguo mediante la recuperación de variedades, evaluando sus beneficios sobre la mitigación de los efectos del cambio climático. Beneficios como la adaptación a las nuevas condiciones de cultivo o la tolerancia a la sequía y a enfermedades. Además de tratar de aumentar la calidad de los vinos y mejorar la oferta para posicionarse en el mercado con algo único e inimitable.
Fruto del proyecto de recuperación de variedades surge el libro “Garnacha Blanca. ADN, racimos y aromas de sus uvas”, libro que recoge una síntesis de la tesis doctoral realizada por Maite Rodríguez del estudio molecular y agronómico llevado a cabo en una colección de plantas de Garnacha Blanca en colaboración con el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino de la Rioja (ICVV) y la Sección de Viticultura y Enología-EVENA de Gobierno de Navarra.
El vínculo que tiene muchas de estas variedades con diferentes aspectos de nuestra cultura, tradición, arte e incluso ciertos paisajes de gran atractivo, es un valor añadido que contribuye también a hacerlas únicas. Las variedades recuperadas vienen asociadas a un lugar, a un modo de hacer, de pensar y a una visión de futuro que pueden proporcionar nuevas oportunidades para el sector.
El artículo publicado en la revista Navarra Agraria nr. 249, “Conservatorio de Cepas singulares y vinos Old-Vidaos de Navarra” contiene más información. Sus autores son Félix Cibriain Sabalza, Ana Sagüés Sarasa, Alfredo Rueda Díez e Izaskun Oria Ostiz, de la Sección de Viticultura y Enología- Evena, Gobierno de Navarra.
José Félix Cibraín Sabalza también estuvo presente en la 34 jornada de Charlas en la Biblioteca. Para leer la nota completa, video y podcast, ENTRA AQUÍ.