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Pistacho: estudios previos que se deben realizar antes de la plantación

Pistacho: estudios previos que se deben realizar antes de la plantación
  • Algunas plantaciones de pistacho sufren de problemas de homogeneidad, donde las zonas más desfavorables requieren de esfuerzos extra para intentar normalizarlas

  • Para asegurar el éxito se hace imprescindible entender bien el suelo en el que se está cultivando

 

TECNOLOGÍA
En la última década, el cultivo de pistacho ha ido sufriendo progresivos cambios tecnológicos que han permitido incrementar la superficie plantada en respuesta a una demanda creciente. La implementación de tecnologías de riego, nuevos fertilizantes, diversos marcos de plantación o estrategias de poda, consiguen maximizar sensiblemente su producción. Sin embargo, esta velocidad de desarrollo no siempre ha ido acompañada del conocimiento técnico necesario para asegurar el éxito de los proyectos.

¿Cuántas veces nos hemos dado cuenta de que una parte de la finca se desarrolla mucho peor que otra, sin razón aparente? Con frecuencia, grandes plantaciones de pistacho sufren de problemas de homogeneidad, donde las zonas más desfavorables requieren de esfuerzos extra para intentar normalizarlas. Resulta irónico que se gaste mayor presupuesto justo en las áreas de menor producción.

 

Pistacho Fórum, el evento más importante del año en la península ibérica

Considerando la importancia actual del cultivo y las tecnologías específicas desarrolladas por empresas del sector, los miembros de la plataforma Tecnoagro Iberia (NaanDanJain Ibérica y Compo Expert), AGQ Labs y Poscosecha.com organizan la 1º edición del Pistacho Fórum que tendrá lugar el 1 de marzo de 2023 en Salones Epílogo en TomellosoCiudad Real (España).

El programa del Pistacho Fórum estará compuesto por una amplia variedad de temas, dividido en cuatro bloques temáticos: TecnologíaInnovaciónMercado Inversión.

Para más información, programa provisional e inscripciones, accede a la web del evento: https://poscosecha.com/pistacho-forum

En el evento, participarán investigadores y técnicos de referencia en el sector, entre los cuales se encuentra el autor de este artículo, el Dr. Iván Frutos Vázquez, Doctor en química agrícola y especialista en nutrición vegetal y química de suelos. Actualmente, es Profesor colaborador en el curso Master en Ciencias Agroambientales y Agroalimentarias y Director Corporativo de Agricultura en la empresa AGQ Labs.


El análisis de la situación

Generalmente, al visitar una finca, se revisa el estado vegetativo, el color de las hojas, la floración o multitud de síntomas que intentamos correlacionar con posibles deficiencias o infecciones. Pero sin darnos cuenta, sólo estamos observando la mitad del cultivo. La otra mitad se encuentra bajo tierra. Todo un conglomerado de raíces interactuando con el medio que las sustenta, captando el agua y los nutrientes que permiten el desarrollo del cultivo (a excepción del Carbono), sintetizan hormonas que actúan sobre el comportamiento fenológico, acumulan reservas para etapas de mayor demanda, generan moléculas capaces de defender a la planta contra ataques de patógenos, y muchas funciones más.


El entendimiento del suelo, un factor imprescindible

Desde este punto de vista, para asegurar el éxito del proyecto se hace imprescindible entender bien el suelo en el que se está cultivando. Ciertamente la fertirrigación y otras técnicas pueden mejorar el estado de la finca, pero siempre es más costoso y menos efectivo que emprender labores de mejoramiento del suelo desde el inicio

Uno de los puntos más importantes es evaluar la estructura física del suelo en diferentes profundidades para determinar la existencia de capas impermeables que limiten el drenaje o que fuercen a las raíces a crecer en zonas reducidas. Los procesos de encharcamiento son fuente frecuente de patógenos, y en el mejor de los casos, disminuyen el crecimiento de nuevas raíces, cruciales para una correcta nutrición. Además, dichas capas pueden concentrar las sales en pequeños bulbos que finalmente acaban por afectar a la planta.

Pero más allá de esta utilidad básica, los mapas de suelo permiten conocer y mejorar la nutrición de un cultivo desde su origen. Por ejemplo, el fósforo, macroelemento de gran importancia para la floración y otros procesos, tiene gran afinidad por ciertos elementos y materiales comunes en el suelo. Esto hace que su aplicación mediante fertirrigación no siempre tenga la efectividad deseada, quedando inmóvil. Del mismo modo, la nutrición cálcica, de gran influencia para la calidad del fruto final, depende más de las condiciones del medio que de las dosis aportadas. Cada uno de los 16 elementos esenciales para las plantas sufre interacciones entre ellos y con el medio, que de no ser contempladas dificultarán seriamente el cultivo.


El éxito en el uso de mapas de suelo

Conocer en que horizontes se pueden producir salinizaciones, riesgos de lixiviación de nitrógeno, inmovilización de microelementos, evaluar las relaciones catiónicas o examinar las diferentes partes de la finca en busca de posibles toxicidades son sólo algunos de los objetivos de la generación de mapas de suelo. La corrección de todos estos factores es mucho más eficiente y rentable si se hace desde antes de la plantación. El no hacerlo, con frecuencia conlleva que durante toda la vida del cultivo hay que emprender prácticas correctivas que a la larga son mucho más costosas.

Los mapas de suelo en detalle permiten enfocar un proyecto agrícola con mucho más éxito. De hecho, en la actualidad, donde las inversiones son altas, se han convertido en una herramienta indispensable antes de empezar cualquier acción. Aún más en el caso de cultivos leñosos como el pistacho, donde lo que no se haga al inicio no se podrá hacer con posterioridad.


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